Más allá del 10: cómo enseñar a tus hijos a cuidar su mente y disfrutar el camino del aprendizaje

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Al observar a tus hijos, ¿qué es lo primero que ves? ¿el resultado o el proceso? muchas veces, nos fijamos sólo en el resultado, sin valorar el esfuerzo, es decir, queremos ver el 10 en su boleta pero no notamos su dedicación, y hasta dónde pudo llegar. Nos sentimos inmensamente orgullosos de su alto rendimiento y de las metas que se proponen pero, detengámonos un momento: ¿estamos viendo también el costo que ésta excelencia les exige?

Quizá notes en tu hijo la tensión al final del día, el silencio que esconde la frustración o el agotamiento que se refleja en sus ojos, o quizá, en tu día a día no has podido verlo. La presión por destacar, aunque bien intencionada, puede llevarlos a un punto de quiebre. El verdadero éxito, el que perdura, no se trata sólo de estudiar más horas, sino de enseñarles a gestionar su energía y su paz mental. El autocuidado no es una pausa; es la base sobre la que se construye una vida de logros sostenibles.

Entendemos que, como padres, les preocupa que tomar un descanso signifique perder ventaja. Sin embargo, la ciencia y la experiencia nos dicen que un cerebro bien cuidado es un cerebro que aprende con mayor rapidez, retiene mejor la información y resuelve problemas con más creatividad.

Cuando fomentamos el autocuidado en casa, estamos:

  • Asegurando eficiencia: Un hijo descansado logra más en una hora que uno agotado en tres. Es una lección de calidad sobre cantidad.
  • Construyendo fortaleza emocional: Les damos las herramientas para que aprendan a manejar la frustración y a levantarse después de un error, sin que el estrés los paralice.
  • Modelando el futuro: Les estamos dejando el ejemplo de cuidarse a ellos mismos si nosotros también nos cuidamos. 

Un enemigo moderno

El enemigo moderno de este bienestar es el vamping (el uso excesivo de dispositivos electrónicos justo antes de dormir). La luz azul y la estimulación digital son devastadoras para la calidad del sueño. Para proteger el descanso de sus hijos y, por ende, su rendimiento y salud, les proponemos estas pautas firmes y afectivas:

  • Establezcan rutinas: Fijen horarios para dejar de usar dispositivos electrónicos, idealmente desconectando las pantallas 1 o 2 horas antes de dormir.
  • Creen un ambiente propicio para el sueño: Mantengan los dispositivos fuera de la habitación y creen un ambiente tranquilo, oscuro y con baja temperatura.
  • Sustituyan hábitos: Sugieran leer un libro, escuchar música relajante o practicar meditación en lugar de usar pantallas.
  • Sean un modelo a seguir: Los padres deben dar ejemplo practicando hábitos saludables con la tecnología para que sus hijos los imiten.

Imaginemos a nuestros hijos alcanzando cada meta, pero sin sacrificar su bienestar. Visualicemos un hogar donde la excelencia convive con la tranquilidad. Esta visión de éxito no es sólo académica; es un éxito en la vida, donde son capaces de ser ambiciosos y felices al mismo tiempo. El regalo más valioso que podemos darles no es la presión por la nota perfecta, sino la disciplina del autocuidado.

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